El pasado martes publicaba El País en su edición digital una entrevista con Antonio Moral, director del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), en la que el responsable del ente público manifiesta su intención de no renovar al frente de la entidad debido a las dificultades con las que se ha encontrado durante los últimos años, especialmente las derivadas de la falta de flexibilidad por parte del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), del que depende. “En Cultura no manda el ministro del ramo, manda Hacienda”, son sus palabras.
El que fuera fundador de la revista musical Scherzo y del Festival Mozart de Madrid, coordinador de la programación musical de Caja Madrid, director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca y artístico del Teatro Real afrontó, tras su incorporación al CNDM en 2010, una drástica reducción presupuestaria que no le impidió multiplicar por diez la recaudación gracias a las propuestas imaginativas y las audaces programaciones musicales de su departamento. Abandona ahora el Sr. Moral, dice, por la rigidez y la excesiva fiscalización a la que se ven sometidos. “De todo mi tiempo, el 80% se va en solucionar problemas administrativos, no artísticos”, asevera.