Espantar el talento

El pasado 15 de febrero este rotativo se hacía eco de la generosa oferta de empleo público que la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León anunciaba para las próximas oposiciones de profesores de Enseñanza Secundaria, Formación Profesional, Escuelas Oficiales de Idiomas, Artes Plásticas y Diseño, y Música y Artes Escénicas. Una convocatoria calificada por el director general de Recursos Humanos como “compleja y largamente esperada”. Sin duda lo es, dado el limitado número de plazas ofertadas para el acceso a estos cuerpos docentes durante los últimos años. La noticia sin embargo no era tanto el alcance de la oferta como el objetivo explícito de la convocatoria: “reducir la interinidad”. El director era tajante al explicar que este nuevo sistema de oposición “beneficia claramente a los interinos con experiencia, que se ven favorecidos porque sacando un cinco están prácticamente dentro”, mientras “un aspirante sin experiencia debe sacar por encima de un 8,5 para tener opción a una plaza”. De este modo “un profesor que lleve diez años como interino tiene garantizados siete puntos sobre diez, mientras que un estudiante de grado con su máster parte con un cero”. Todo ello con la unánime y necesaria aquiescencia de los sindicatos de profesores. Desconozco la postura de los sindicatos de estudiantes.

Tan solo siete días después, este mismo diario publicaba los datos del último informe de la FAD, en el que los jóvenes españoles salen poco bien parados, a la cola en desarrollo debido al paro y la emancipación tardía, lo que les impide una evolución tan positiva como en otros países de nuestro entorno, y que coloca en este sentido al nuestro en el puesto 24 del continente.

¿Cómo explicar a los alumnos que quieren dedicarse profesionalmente a la enseñanza musical, por ejemplo, que sus incontables horas de trabajo, sus estudios en el extranjero y su esfuerzo son menos válidos que el mero “paso del tiempo” para otros aspirantes en un puesto al que todos ellos optan? Suena cuando menos paradójico en estos tiempos de reivindicación de la igualdad. El bagaje profesional de estos docentes –la experiencia es un grado– jugará ya a su favor, como es lógico , en las pruebas y exámenes de contenido didáctico que la propia oposición incluye. ¿Por qué penalizar entonces doblemente en la valoración de sus méritos a unos jóvenes que intentan labrarse su futuro profesional en un campo tan vocacional y de tanta trascendencia social como la docencia?

La elección de los mejores profesionales debe ser siempre el objetivo, y no otro, de estos procedimientos selectivos. Cierto es que la escasez en la oferta de plazas durante los años más duros de la crisis ha propiciado una abultada tasa de interinidad, pero excusarse en ello para diseñar un proceso selectivo que bordea los principios de igualdad, mérito y capacidad no parece la forma más ecuánime de dirimir el asunto. Un Estado que penaliza a los que construirán su futuro por el mero hecho de haber nacido después se arriesga a espantar el talento que tantos recursos le costó cultivar.

 

[Publicado en el Diario de Ávila el 25 de Febrero de 2018]

24 comentarios sobre “Espantar el talento”

  1. Desde punto de vista alejado y esquinado pueden verse así las cosas. No digo que no. Pero la realidad es muy diferente.

  2. Esos interinos acumulan experiencia tras años de aprobar oposiciones y no obtener plaza, no por el «mero paso del tiempo».

    1. Gracias por su comentario. El baremo puntúa los años, es decir, el paso del tiempo. La experiencia se muestra en los ejercicios de la oposición.

      1. No es cierto, no es el «el paso del tiempo», si no las horas dedicadas a preparar clases, el tiempo en el aula, la preparación y corrección de actividades y exámenes, la dedicación a tus alumnos, las reuniones para tratar que todos los chicos a tu cargo reciban la mejor educación posible… todo ello mientras preparas oposiciones, preocupado porque, por muy bien que hagas tu trabajo, eso no se valora en la oposición y careces de cualquier estabilidad laboral. La dedicación de un profesional es incuantificable, y lo primero que debería valorar alguien que quiere dedicarse a la docencia.

      2. Gracias por su comentario.
        Disculpe que insista: el baremo de antigüedad puntúa el tiempo en años, meses y días, tanto del profesor que realiza como usted de forma abnegada, diligente y profesional la ingente labor que cita, como del que lo hace con menos celo.

  3. Señor Oscar.

    En primer lugar, usted como cargo ejecutivo del partido gobernante en la comunidad, debería debería explicar a los alumnos que quieren dedicarse profesionalmente a la enseñanza musical que este año en Castilla y León no va a haber oposiciones de música en secundaria debido a que el Partido Popular, del cual es usted el Secretario Ejecutivo de Educación en Ávila, en su última reforma educativa, no consideró que la enseñanza musical fuera tan prioritaria como el estudio de otras materias. Estos alumnos no tendrán la oportunidad de competir por un puesto de trabajo en su tierra, se tendrán que ir TODOS fuera si quieren trabajar en docencia.

    En segundo lugar, como profesor y director del Conservatorio de Ávila, me da la impresión que usted conoce muy poco el trabajo y la vida de muchos de sus compañeros.
    Vende usted como grandes privilegios haber estado 10 años trabajando para la Junta de Castilla y León como interino pues eso te da una posición favorable en las oposiciones.
    Sin embargo, estas personas, sus compañeros de trabajo, en el mejor de los casos, han tenido que rehacer su vida unas 8 o 10 veces en este periodo de tiempo. Cuando hablo de rehacer su vida me refiero a empezar, cada pocos meses, una nueva vida en una nueva localidad, con un trabajo en un centro distinto. Esto es algo muy duro que quizás usted no ve, y que seguramente no estaría dispuesto a hacer. Que la Junta de Castilla y León tenga en cuenta este esfuerzo de los profesores, es lo mínimo, teniendo en cuenta el grado de temporalidad e improvisación con el que los maneja (tratándolos como temporeros de la educación).
    Para solventar este supuesto problema de tener ventaja por «dejar pasar el tiempo», usted podría proponer que todos los trabajadores de la Junta sean funcionarios y que salga una oferta pública de empleo 15 o 20 veces mayor, que elimine la interinidad a cero.
    Como puede observar, no estoy para nada de acuerdo con su opinión la cual considero muy alejada de la realidad y muy peligrosa para alguien de su responsabilidad política.

    Quisiera darle un par de consejos, el primero es que como director de un centro educativo, hable mas con sus compañeros interinos y verá que no es ninguna panacea estar cada año con la casa a cuestas, dando el 100% de su esfuerzo cada vez en un centro educativo diferente. El segundo, como responsable político del partido político que gobierna la región y el país. Ya que se rasga tanto las vestiduras con este tema, vaya a lo realmente importante, hable del aumento de ratios en las aulas, de los recortes en medios y personal sufridos en los últimos años, de la improvisación con la que trabaja la Junta en algo como la EBAU, habiendo distritos que todavía no han tenido las reuniones de coordinación (perjudicando claramente al alumnado de 2º Bachillerato), de la improvisación organizando oposiciones, del incremento de las labores burocráticas que restan tiempo de lo realmente importante, diseñar actividades para el alumnado, de los 15 días que hay que esperar para que sustituyan a un profesor de baja, aunque esta sea planificada, de la elevadísima tasa de interinidad que tiene la comunidad, impidiendo a los profesores interinos estabilizar su situación personal y laboral que repercuta en una mejor labor docente, de la labor de inspección educativa,del abandono sufrido por su especialidad, la música… etc…
    Hay mucho trabajo por delante, dedíquelo a tratar temas importantes que si que redunden en una mayor calidad educativa.
    Buenas noches

    1. Estimado Sr. Mezquita,
      Muchas gracias por su respuesta. Celebro que los profesionales de la educación mantengamos siempre abierto un debate plural para mejorar la formación en nuestro entorno. Dice mucho bueno de nuestro colectivo.
      Como profesional de la enseñanza musical desde hace más de veinte años defiendo en cuantos foros tengo ocasión su trascendencia, su relevancia, y critico el maltrato al que suele verse sometida. Puede usted leer otros artículos en esta misma web, por ejemplo, que lo refrendan. No dude que tales valoraciones llegan, y lo seguirán haciendo, a los ámbitos ejecutivos tanto de mi partido como del resto de opciones políticas, hasta donde me alcanza.
      Yo también he sido interino. Conozco en primera persona lo que supone tener que trabajar cada año en un lugar diferente. Iré aún más allá: soy plenamente consciente de los perjuicios que se les causa a los alumnos al cambiar continuamente de profesor –algo especialmente difícil en una enseñanza individual como la de un conservatorio–. Comparto en suma con usted la necesidad de consolidar las plazas docentes para evitar estos indeseables trastornos: en ningún momento de mi artículo indico lo contrario.
      Las problemáticas ciertas que usted detalla en su extensa respuesta están absolutamente presentes entre profesores, equipos directivos y administración educativa. Algunas de ellas las manejo personalmente cada día, como tantos otros compañeros docentes, en mi trabajo. No dude que estamos en el mismo barco.
      Dicho lo cual, todo ello, en mi opinión, no nos debe hacer perder la perspectiva del servicio público que prestamos. Como profesor por vocación deseo lo mejor para mis alumnos, incluyendo sus opciones para poderse ganar la vida con lo que les apasiona y hacen mejor sin tenerse que ir fuera, como usted mismo indica. Y es por ello que defiendo un procedimiento de acceso que no les penalice de salida de una manera tan abultada. Estoy seguro que puede encontrarse un equilibrio entre las demandas de nuestro colectivo y las de los recién titulados que permita paliar estas carencias de un modo más ecuánime. Lamento que esta opinión le parezca a usted “peligrosa”.
      Finalmente, indicarle que para mí el acceso a la función pública docente es uno de los temas más trascendetales que pueden tratarse en el debate educativo.
      Reciba un saludo cordial.

  4. ya, quieres decir que la gente que está trabajando , se lo han regalado?
    crees que esas personas no se prepararon en su momento tanto o más que los de master?
    un poco más de rigor, que están trabajando, reciclándose, estudiando y sacando a sus familias adelante-

    1. Nadie ha dicho tal cosa. No lo pongo en duda en ningún momento. Cuando nosotros titulamos no existían los máster. Las actividades de formación y reciclaje que todos realizamos deben valorarse, faltaría más: al igual que las de todos los concurrentes a la convocatoria, claro.

  5. Señor Arroyo
    ¿@Por qué dice usted que unos parten con un 7 y otros con un 0, Cuando en los dos apartados que no son la experiencia se puede sumar hasta 7 puntos ?

  6. Hola. Terminé la carrera de violín hace unos años y he pasado los últimos cinco formándome en Londres y Berlín. No he trabajado nunca en un conservatorio español, aunque llevo dando clases en academias y escuelas muchos años, y particulares casi desde que aprendí a tocar. Lógicamente desde mi perspectiva la opinión del Sr. Arroyo es razonable. De hecho, se agradece que a veces alguien se acuerde de nosotros los jóvenes recién titulados. Supongo que todo depende del cristal con que se mire. Gracias.

  7. No dice la verdad cuando afirma que un estudiante de grado+máster parte con un 0 (en fase concurso). Puede lograr en dicha fase hasta 7 puntos que NO son por experiencia: expediente académico, idiomas, cursos, másters etc

  8. Señor Oscar:
    Deje de citar de terceros, y hable por su propia experiencia, si tanta dice tener.
    Los interinos que usted cita que llevan 10 años trabajando, ¿cómo cree usted que comenzaron en el año cero? Comenzaron haciéndose un hueco en las listas, obteniendo muy buena nota en la oposición, cursos, masters, seminarios, publicaciones, en mi caso ingenierías obtenidas con sobresaliente….y así poder competir con la gente que tenía mayor experiencia. Así que no «venda la moto» de que el interino que lleva 10 años es un «dejado», educativamente hablando, pues si lo fuera, sería imposible haber llegado allí. Eso solo ocurre en los centros privados y concertados, a los que su partido destina tanto dinero en detrimento de la enseñanza pública. Ya está bien de echar la culpa al docente del fracaso escolar, creo que su partido debería de mirarse más el ombligo, y centrarse en lo verdaderamente importante, que es el alumno.

    1. Gracias por su respuesta. Estamos de acuerdo en que el alumno es lo verdaderamente importante, de ahí mi defensa de sus opciones de salida profesional para minimizar las dificultades que, tanto usted como yo, tuvimos que afrontar en su momento. Esto lo viví en primera persona, y no necesito citar a nadie para decirlo con certeza. El resto de valoraciones de su comentario es la interpretación de usted de mis palabras. Un saludo.

  9. La carta es linda. Si estuvieras casado y con cargas familiares, dos hijos a mi cargo, el día que quieras te explico como compito con mi talento, tengo 136 de cociente intelectual, dos títulos universitarios, … nivel C-1 de inglés. …con un chaval que se levanta por la mañana se pone a estudiar y no lo deja hasta que su madre le lleva la comida, por la tarde idem. Así todos los días …
    Que no se te olvide que además trabajo.
    Además voy a Madrid a la academia todas las semanas …..
    No tienes ni idea de lo que hablas. Un saludo.
    Dile a mi hija de 9 años cuanto he jugado con ella los ultimos seis meses y ella te lo hará entender.

    1. Gracias por su respuesta. Le ruego disculpe ud. que no encuentre la relación entre lo tratado en el artículo y la situación personal que ud. describe, similar a la de tantas personas, interinos y funcionarios, estudiantes, obreros, y trabajadores en general de todo tipo y condición, y que entiendo tendría que ver con la conciliación laboral y familiar, tema este que creo se escapa del tratado. Un saludo cordial.

  10. Tengo que decir que estoy completamente de acuerdo con Óscar.
    El trabajo de interino no puede considerarse una «carga» por la cual no se tenga tiempo para prepararse las oposiciones. Además de la insustituible oportunidad que supone para obtener los conocimientos didácticos que serán valorados en la oposición, tenemos que recordar que es absolutamente VOLUNTARIO, vamos, que si se necesita tiempo para estudiar, vale con renunciar a la plaza. Y me dirán que eso es fácil decirlo, pero que con las cargas familiares, vivienda, etc…Hay gente que no tiene esas cargas porque simplemente no ha tenido acceso a un trabajo.

  11. Buenas.
    Me llama la atención de algunos comentarios lo siguiente:
    1.- Entiendo que los perjudicados en los concurso-oposición, en general, son los que no han sido interinos, por que tal y como están diseñadas las reglas hoy en día, suman puntos sobre los que no lo han sido. Pero creo que es lógico y normal que se premie la experiencia y más en el sector al que se aspira. Por que no sólo es experiencia, si no como algunos han dicho, han aprobado una oposición (aunque no hayan obtenido plaza). Eso ya indica que están preparados con el nivel mínimo exigido en el examen, más el que les ha otorgado su experiencia dentro de los centros. A parte, que, si esto es discutible, también lo sería considerar que pasar un examen con un 8 de nota, te capacita y te cualifica para un puesto, ya que sólo se valoran los conocimientos y no las ACTITUDES ni las APTITUDES. Es algo que están intentando paliar las universidades en general en las enseñanzas europeas en las que se valora no sólo la memoria y la inteligencia, si no la constancia y el trabajo diario, que a veces suple la inteligencia de otros que consiguen puestos siendo muy inteligentes y luego realmente son bastante «acomodados» en sus puestos.
    2.- La situación personal de cada persona, la valora cada uno. Me explico. Si una persona tiene hijos, familia, casa, coche, o cualquier otro tipo de carga que exija tiempo y responsabilidades, nadie le ha obligado a ello. Normalmente a esas situaciones se llega de forma voluntaria (aunque siempre habrá excepciones). Los responsables de esas situaciones son ellos y no los demás. Quizás otras personas han sacrificado el poder hacer todo eso por conseguir o preparar un puesto. Así que de las cargas familiares y de las situaciones particulares, cada uno es responsable. No hay que responsabilizar al resto. Si lo habéis programado de una manera que se os pone muy cuesta arriba el cumplir vuestros objetivos, el problema es de los demás.
    Si yo tengo un hijo y no tengo estabilidad laboral, puedo pedir parte de responsabilidad a la gestión gubernamental el no tener estabilidad laboral, pero no el no tener un hijo, aunque ello esté relacionado. Pero claro, más responsable es el que decide hacer las cosas y atarlas en un orden de acuerdo a las circunstancias. Pero eso no es culpa del que acierta. Es culpa del que asume el riesgo y no acierta con las consecuencias, teniendo en cuenta que en esta vida y en temas políticos, reglamentarios y legales, todo conlleva un riesgo y un sacrificio.

    Saludos.

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